La crisis internacional ha resurgido el debate sobre el rol del Estado en la economía. Los encargados de dirigir las políticas públicas ahora ven con buenos ojos prestar ayuda a las institituciones financieras privadas que así lo necesitan. Inlcuso los propios ciudadanos buscan refugio en el respaldo gubernamental a la hora de confiar sus ahorros.
En la década de 1990 fuimos testigos de una ola de privatizaciones, particularmente en América Latina, impulsada por las grandes corporaciones inundadas de capital y ávidas por nuevas fuentes de rentabilidad. Hoy en día, sumergidos en medio de una profunda crisis de crédito y liquidez, el capital es un recurso escaso a nivel global. Pasamos de la locura de las privatizaciones a una nueva ola de nacionalizaciones, entendiendo por este último término a la compra de instituciones privadas o la constante inyección de dinero en estas entidades por parte de los gobiernos soberanos. Su epicentro se encuentra en los Estados Unidos, con los bailouts (rescates) a instituciones financieras de primera línea, siendo esto imitado por los países europeos y gran parte del mundo emergente.
Suiza, centro financiero y bancario a nivel mundial, no escapa a esta ola de cambios. Actualmente el sector bancario suizo se encuentra compuesto por bancos privados y estatales. UBS y Credit Suisse son las dos empresas con mayor trayectoria y renombre no solamente a nivel local sino también global. Por otro lado, se encuentran los bancos regionales o Kantonales que tienen una vasta trayectoria interna pero no así a nivel internacional.
Cada Kantón suizo tiene su propio banco Kantonal. Son bancos low cost y se enorgullecen en mencionar a sus clientes que solamente tienen folletos básicos en el idioma oficial del Kantón (alemán-suizo, italiano, francés, dependiendo de la zona del país en que uno se encuentre), mínima cantidad de empleados necesarios, entre otras cosas que los caracterizan como bancos de bajos costos administrativos y de modestos servicios para el cliente.
Sin embargo, hoy en día los ciudadanos suizos prefieren abrir una cuenta en los “humildes bancos Kantonales” antes que en los gigantes como UBS o Credit Suisse. ¿Por qué? El gobierno suizo garantiza el 100% de los depósitos dentro de estos bancos, mientras que UBS y Credit Suisse se comprometen a pagar por los primeros CHF 30.000 (USD 25.000) de cada cuenta bancaria, en caso de entrar en quiebra.
Esto justamente contradice la teoría económica más básica en donde los bancos deben jactarse de su gran tamaño e infraestructura para demostrar confianza. Hoy, en tiempos críticos, los ladrillos no importan tanto como el respaldo estatal. |